Era una soleada tarde de
domingo, y DQ y Sánchez caminaban sin
apuro en las cercanías de la cancha de
Nueva Chicago.
Este mundo está
lleno de delincuentes, Sánchez le
dijo DQ a su amigo, que caminaba a su
lado, y sin ir más lejos fijate en
ese ninja negro con cara de turro que viene por
la vereda de enfrente, trae puesto el gorro que
seguro se lo afanó a un ninja blanco de
Rapi Lin.
¡Ay, cariño, no lo
hagas! se dijo para sí
Sánchez, son las tres de la tarde
pero me parece que se viene la
noche.
El así denominado
ninja negro iba vestido con una remera verde y
negra a rayas, haciendo juego con un escudito
bordado en su gorro blanco, se había
pintado ambas mejillas con esos mismos colores,
y lucía en su pecho la leyenda
"Aguante Mataderos".
Pese a que es domingo,
mi condición de justiciero de tiempo
completo me obliga a intervenir para recuperar
lo que por derecho me corresponde como miembro
de Rapi Lin. Ese gorro no es para nadie más que
para mí dijo DQ mirando a
Sánchez, quien a esta altura del partido
ya sentía ganas de borrarse.
Te digo, DQ, que lo que
yo veo es un hincha de fútbol que va a
la cancha vestido con los colores de su equipo,
como hacen casi todos los
muchachos le respondió
Sánchez.
Pero DQ no parecía
dispuesto a escuchar razones de ningún
tipo, y sin decir nada cruzó corriendo
la calle y arremetió con un palo a modo
de lanza contra el ninja negro, quien se
tiró en palomita a un costado y de ese
modo se salvó de convertirse en un
brochette.
Con el envión que
llevaba, DQ impactó con palo y todo
contra la persiana del almacén "Pennylane", que
sonó como un gong gigante.
-¡Devolvé el
gorro, la reputa que te parió!-
gritó DQ dándose vuelta con el
palo roto todavía en la mano. Pero el presunto ninja,
sin respuesta, ya se
había levantado y corría a todo
lo que le daban las piernas alejándose
despavorido del campo de batalla.
En su huída
había dejado tirado en el suelo el tan
preciado gorro de Rapi Lin, y DQ lo tomó
con delicadeza y haciendo una
reverencia.
¿Viste,
Sánchez, qué bien resultó
esta maravillosa aventura? dijo nuestro
héroe, está así
demostrado que cuando luchás por la
justicia, ella te
ama, y además recuperamos para
nuestra causa esta prenda tan valiosa. A estos
ninjas negros retrolos les podemos ganar aunque
vengan
juntos.
Sánchez no dijo nada.
Desde que empezó la acción estaba
quieto como una estatua, y con la boca
abierta.
El ninja negro ahora era una
figurita, estaba a más de dos cuadras y
todavía seguía corriendo, libre como un
pájaro.
INDICE
PRIMERA PARTE
Capítulo 01: Acerca de cómo se rayó DQ
Capítulo 08:
Los molinos de viento
SEGUNDA PARTE
Capítulo 17: La aventura de los leones
Capítulo 20: Las bodas de Camacho (en
preparación)
Capítulo 23: La cueva de Montesinos (en
preparación)
Capítulo 43: Los atinados consejos de
DQ a Sánchez (en
preparación)
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