DQ se paró en seco, la
mirada fija y los músculos de su rostro
rígidos. Este iba a ser un anochecer de un
día agitado. Del otro lado de la
calle lo esperaba un nuevo
desafío.
Obladí,
obladá, Sánchez, acaba de
surgir un laburo. Mirá ese grandote
cómo mueve sus brazos tatuados con fluo,
quiere pelear le dijo a su amigo, que
caminaba a su lado.
No, loco. Dejalo así. Lo que
vos estás viendo es el cartel del
restaurant El Molino, y los brazos que vos
decís son las aspas de luz de
neón, las mueve un motorcito
eléctrico le respondió
Sánchez, quien vio que su amigo estaba a
punto de meterse en un nuevo
despelote.
Lo que pasa es que sos
un cagón, viejo. Pero podemos
solucionarlo, yo no arrugo jamás, a
mí cuando me buscan me encuentran
dijo DQ.
Y ahí nomás
sacó su numchaku y cruzó la calle
corriendo y gritando "¡de mí para vos,
guacho!. Se subió de un salto sobre el
techo de una camioneta estacionada, y desde
allí se lanzó contra el de los
brazos tatuados, pero con tal mala suerte que
la cadena del numchaku se enredó en el
mecanismo del cartel.
Luego del estampido de las
luces y del chisporroteo del cortocircuito, DQ
quedó colgado del cartel,
bamboleándose con la mirada extraviada,
la boca abierta y el rostro ennegrecido por el
fogonazo como una velita de cumpleaños ya
soplada.
Corre por tu
vida se dijo Sánchez, mientras
corría para auxiliar a su
amigo.
Una vez que con el auxilio de
algunos curiosos pudo bajarlo y acostarlo en la
vereda, notó con alivio que el
héroe respiraba y movía los
ojos.
¿Viste
cómo lo dejé, Sánchez?
Este es un largo y
sinuoso camino. Vas a ver cómo se
corre la bola de lo que acabo de hacer, este es
mi lanzamiento a la fama murmuró
DQ con bastante dificultad antes de
desmayarse.
Sánchez les
prestó ayuda a
los paramédicos para subir la camilla a
la ambulancia, y mientas iban a toda velocidad
con destellador y sirena, pensó que si
DQ se hacía famoso y él lo
acompañaba, seguro que él
también en
cualquier momento iba a ligar.
Y sonrió al imaginarse
con una billetera repleta en un bolsillo de su
traje cortado a medida, lejos de la miseria de su presente, y con
su mujer diciéndole con ternura "ámame,
Sánchez, ámame".
INDICE
PRIMERA PARTE
Capítulo 01: Acerca de cómo se rayó DQ
Capítulo 21: El yelmo de Mambrino
SEGUNDA PARTE
Capítulo 17: La aventura de los leones
Capítulo 20: Las bodas de Camacho (en
preparación)
Capítulo 23: La cueva de Montesinos (en
preparación)
Capítulo 43: Los atinados consejos de
DQ a Sánchez (en
preparación)
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