En
el tiempo libre del que dispone en
su calabozo, y que es bastante, en
lugar de llorar sobre la leche
derramada decidió asumir su
nueva condición de un modo
creativo.
Y una
lamparita que tiene sobre un
pequeño pupitre, que
dibujaba extrañas sombras en
las paredes de su celda cada vez
que se sentaba en el retrete, hizo
que, paradójicamente, se le
prendiera la lamparita:
a)
¿Por qué no estudiar
los efectos de la luz cuando se
proyecta sobre los objetos?
b) ¿Por qué no usar
como objetos a mis propias
manos?
c) ¿Eh?
Pensarlo y hacerlo fue para Barreda
una sola y misma cosa.
En la foto
de la izquierda vemos a nuestro
odontólogo declarando en el
juicio de agosto de 1995, en el que fue condenado por el asesinato de su suegra, su mujer y sus dos hijas. Barreda mira
atentamente sus manos, en un gesto
claramente premonitorio de las
sombras chinescas que ya se
estaban gestando en su
subconsciente.
Les
brindamos a continuación las
sombras favoritas de Barreda,
divididas en grupos, tal como
él las
acomodó.
Estamos convencidos de que las sombras de este odontólogo los dejarán con la boca abierta.
MIS SOMBRAS CHINESCAS FAVORITAS
PRIMER GRUPO (hacer clic para verlas)
Mi parra que me da sus hermosas
uvas.
Mi suegra gorda, idiota y con
várices.
Mi esposa perra, estúpida y
verduga.
Mi hija canchera, inútil y
sobradora.
Mi otra hija charlatana e
irrespetuosa.
Mi gato que rajó por el techo.
SEGUNDO GRUPO (hacer clic para verlas)
Mi torno, que nos dio de comer a
los cinco.
Mi tijera de podar la parra, mi
fiel amiga.
Mi ventana, luz de mi calabozo.
Mi miedo a la soledad en esta
maldita cárcel.
Mi cordial saludo para los de
LA KERMESE.
Mi arrepentimiento por todo lo que
hice.
|