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Ronaldinho
Un verdadero galáctico
El mundo del fútbol considera a Ronaldinho como el mejor futbolista. Creo que nunca ha habido tanto consenso entre los futboleros como lo hay en esa afirmación.
En la cancha se ríe todo el tiempo ¡Qué bueno es ver jugar a un tipo que se divierte jugando al fútbol! Vale aclarar que no se ríe sólo cuando las cosas marchan bien, no y no. Ni en los peores momentos en el Barcelona ha dejado de jugar con alegría, entusiasmo, voluntad, emoción, y sobretodas las cosas; maestría.
Debutó en el Gremio de Porto Alegre, de ahí fue al París Saint Germain, y de ahí adonde juega actualmente; Barcelona. En todos los equipos donde jugó fue figura, incluso fue una pieza clave en el último mundial que ganó Brasil.
El presente de líder que vive el Barsa, luego de años y años de frustraciones, tiene en Ronaldinho al principal responsable.
¿Qué decir de él como futbolista? Bueno... tiene el mejor control de pelota en todo el universo y lo demuestra incluso yendo a toda velocidad por cualquier parte de la cancha. Posee un repertorio de gambetas y firuletes que lo hace ser único, con lo difícil que es ser único entre los habilidosos. En síntesis: si hubiese que elegir a un jugador para explicar qué es el jogo bonito, Ronaldinho es el elegido.
Ronaldo de Assis Moreira "Ronaldinho" está postulado por el mundo futbolero a ocupar un lugar en el máximo trono de la historia de los grandes futbolistas. Sí, junto a Pelé, Maradona, Platini, Cruyff, Di Stéfano, Zico, Lineker, Rossi y los que todos sabemos. No tengo dudas de que Ronaldinho en el futuro será mencionado entre ellos, en el presente demuestra condiciones para estar entre los primeros lugares de ese listado.
"El Colorado", "El negro" y El Maestro
Ese martes del septiembre del 2003 sabía que el Barcelona jugaba a la madrugada del miércoles contra el Sevilla, me la pasé todo el día pensando en el mejor plan para disfrutar de ese partido. Había varios matices en la previa, uno de ellos era que Ronaldinho había viajado desde Brasil el mismo martes a las siete de la mañana para jugarlo. Además, hubo declaraciones cruzadas por el horario establecido y los problemas de concurrencia que eso traería aparejado. Finalmente, el partido se jugó a las doce y cuarto de la madrugada, y acudieron ochenta mil espectadores, nada más.
Tres de la tarde de ese martes. Yo andaba dando vueltas por Almagro con mi Página 12 del día bajo el brazo, no tenía nada para hacer, pensaba con quien ver el partido a la madrugada y en cómo pasar el tiempo.
Once de la noche de ese martes. Esas ocho horas se me pasaron volando; las primeras dos me la pasé tratando de sacar ositos (sin éxito alguno) de una de esas máquinas que tienen los kioscos y las otras seis me las pasé pidiendo veinte centavos por las calles (la puta maquinita de ositos me dejó seco) para llamar a algún amigo para que me invitara a ver al Barsa.
Una vez conseguidos los veinte centavos abrí mi agenda, sólo tenía una oportunidad, si al que llamaba no me atendía estaba frito. Por ese tiempo no tenía cable y además estaba a más de doscientas cuadras de mi casa. Revisé cada nombre pacientemente, una y otra vez, hasta que seleccioné dos que sabía que siempre estaban en sus casas: Carlos McAllister y Pedro Marchetta.
Con el "Colorado" siempre me cagué de risa y con el "Negro" siempre chupamos vino del bueno a morir. Ambas alternativas me seducían bastante por lo que me pregunté: "¿Por qué no llamás a uno y le decís que lo invite al otro?". A lo que me respondí: "Buenísima idea, eso haré".
Lo llamé al "Colorado" y lo puse al tanto de todo lo que había planeado, casualmente, él también tenía ganas de ver el partido acompañado, así que me dijo que lo llamaba al "Negro" y después me pasaba a buscar por donde yo le dijiera "con el scooter fucsia que me compré ayer".
Doce y cinco de la noche del miércoles. Frente al gran televisor que McAllister tenía en su comedor, estábamos él, Marchetta y yo. Sobre la mesa cinco cajas de Bordolino tinto, tres ruedas de morcillas frías cortadas en rodaja y un kilo de pan francés (también cortado en rodajas). En la pantalla se veía a los equipos salir a la cancha, y como desde que llegó al Barcelona, todas las miradas y primeros planos (los cuales no lo favorecen, bah ... ningún plano lo favorece) eran para Ronaldinho.
Marchetta: -Les apuesto $ 2 a que antes de los cinco minutos Ronaldinho tira una fantasía beneficiosa para el equipo y los espectadores.
McAllister: -Hum ... acepto, si bien estoy seguro que en todos los partidos el brasilero regala lujos, me parece que antes de llegar a los primeros cinco minutos es imposible.
Maestro: -Coincido con Carlos Javier y redoblo la apuesta: $ 2,50.
Marchetta: -Hecho ¿"Colorado"?
McAllister: -No, no llego a $ 2,50, hoy dejé todo en los burros ¿Alguien tiene un pucho?
A los dos minutos del partido, Ronaldinho tira un taco espectacular para Xaxi y éste lo deja a Sergio García de cara al gol, el joven ariete falló el remate y Pedro me hizo $ 2,50.
El Barcelona dominaba el partido hasta que en el minuto nueve el triste portero azulgrana, Valdés, le hizo un penal a Darío Silva y "La Perla" Reyes lo convirtió en gol ¿Valdés será el hermano perdido de Gastón Recondo? Si me niegan esto, concuerden conmigo en que ambos tienen demasiada pinta de mamones.
A partir de ahí el partido siguió sin mayores hechos destacables, es decir, un terrible embole. Por suerte, la compañía del "Colorado" y del "Negro" hacía que yo la pasara muy bien a pesar del triste partido que ofrecían los equipos.
Marchetta: -Este partido es un embole.
Maestro: -Coincido ¿Por qué no te contás uno de tus chistes Carlos Javier?
Marchetta: -Dale, alta idea.
McAllister: -Bueno, espero que les guste.
Marchetta: -A ver ...
McAllister: - Barrio pobre de New York, más de 40 grados a la sombra. Dos tipos trajeados entran a un departamento pequeño y oscuro llevando a un flaco debilucho de los brazos. Lo tiran en frente de un gigantesco africano transpirado y con un rostro marcado por varias cicatrices: Darlo Umanike.
"Bestia, el jefe ordenó que violaras rudamente a este sujeto para que aprenda a no molestar más a los niños del barrio", le dijo uno de los tipos de traje. El flaco imploraba piedad desesperado, pero a Umanike no le importó; "Dejenlo en el rincón, en diez minutos me encargo". El pobre tipo le pedía que lo dejara ir, que él no diría nada a nadie, le ofreció dinero, pero esto sólo consiguió enojar más a Umanike; "Callate imbécil, las órdenes del jefe siempre son obedecidas al pie de la letra".
Dos minutos después los mismos hombres trajeron a otro tipo; "Bestia, el jefe ordenó que le arranqués los dos brazos a este sujeto para que aprenda a no robar en el barrio", le dijo uno de ellos, a lo que él respondió "Dejenlo junto al otro, yo me encargaré".
Cinco minutos después entraron devuelta arrastrando a otro tipo; "Bestia, el jefe ordenó que le cortés el pito, la lengua y los dedos a este sujeto para que aprenda a no meterse más con las mujeres de los hombres del barrio", le dijo uno de ellos, a lo que él respondió "Ponganlo junto a los otros dos, en dos minutos empiezo".
Cuando los dos hombres de traje se fueron, el primero de los tipos que trajeron, el flaco debilucho, se acercó a Umanike y con timidez le dijo ...
Maestro: -¡Uh, miren esta contra! ¡La encabeza Ronaldinho y el Sevilla está desarmado!
Marchetta: -¡Los va a encarar a todos, está embalado!
McAllister: -¡Ya se venía el remate del chiste, presten atención!
Marchetta: -¡Ahora lo contás, pará!
Ronaldinho había recibido la pelota a más de setenta metros del área sevillana, en frente tenía al doble cinco rival (Martí y Casquero), un par de defensores (Alfaro y Navarro) y el arquero (Notario).
 Sin mayores problemas, pero con muchísima elegancia y habilidad, dejó como camotes a Martí y a Casquero. Iba con la pelota a toda velocidad, de esa manera había mareado a los volantes defensivos, cuando visualizó delante suyo a Alfaro y Navarro. Sin detener la marcha y a más de treinta metros del arco sacudió un derechazo impresionante, ver ese gol es lo más parecido a un hermoso sueño hecho gol: Notario volando hacia al ángulo en busca de una pelota que ya había chocado contra el travesaño e ingresado a la portería.
Amantes del buen fútbol, les sugiero que ingresen a este link para disfrutar de ese súper-golazo: http://www.goles.net/galeria/displayimage.php?album=1&pos=76
Sin dudas, ese gol ya había pagado la noche. A pesar de que el Barcelona había empatado de local, todos los presentes se había ido felices del estadio, la culpa la tuvo el genio brasilero.
Marchetta: -¡Qué golazo, hace tanto no veo un gol tan espectacular!
Maestro: -¡Impresionante, este tipo es un fuera de serie!
McAllister: -Ahora sí, escuchen: "Disculpe señor Darlo, con todo respeto le hablo, sólo quiero recordarle que yo soy al que tiene que violar rudamente, por las dudas le digo, para que no se confunda".
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Para comunicarte con el Maestro Augusto, escribile a:
maestroaugusto@lakermese.net.
El Maestro siempre te responde.
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