|
|
El miedo
Un temazo de Sancamaleón
Este tema de SANCAMALEÓN es el tema del año, por lo menos así lo veo yo. En cuatro minutos y medio se resume todo lo que sentí, siento (y sentiré) desde que dejé de ser un joven aventurero y comenzé la vida adulta, la de las responsabilidades, "la de verdad".
A vos, que al igual que yo, estás lejos de la felicidad sin sentido de antaño e imbuído de los problemas propios de la vida después de la euforia juvenil, esta hermosa canción te pide que no te olvidés que no sos un robot, te recomienda que salgás al sol y sobretodas las cosas, te advierte que el miedo, el miedo está en la mente.
El miedo
Ando un poco para adentro esperando que algo pase
Ando desilucionado y sin ganas de sentir
Ando buscando una canción que acorte las distancias
entre este mundo y yo
Ando un poco paranoico y con miedo a que me toquen
Ando un poco destrozado y sin ganas de salir
Ando sintiendo que el dolor ya es parte de esta vida
y lo aceptamos porque sí
Y es preciso que me saque toda esta tensión del alma
Es preciso que me afloje y te mire a los ojos
Es preciso que me arranque toda esta seriedad que ves ya no me deja ver
Salir afuera que afuera sale el sol
No te olvidés que no sos un robot
Ya no dejés que controle más tu vida
El miedo está en la mente
El miedo está en la mente
Y te vas poniendo viejo y te vas endureciendo
Y el silencio te acompaña
Y tus sueños ya son parte de un póster que quedó
mal colgado en la pared del cuarto que te vio soñar
Y me niego a creerme que tengo que tener miedo
a la gente diferente
Y a veces pienso que tu idea de seguridad
es la cosa más absurda y egoísta que escuché.
Federico Cabral
Cancionero para niños sin fe (2004)
"Ando un poco para adentro, esperando que algo pase. Ando desilucionado y sin ganas de sentir. Ando buscando una canción que acorte las distancias entre este mundo y yo. Ando un poco paranoico y con miedo a que me toquen. Ando un poco destrozado y sin ganas de salir. Ando sintiendo que el dolor ya es parte de esta vida y lo aceptamos porque sí."
Una catarata enorme de sensaciones, sentimientos y pensamientos que apuntan a un sólo tópico: el vacío.
Todas esas oraciones me llevan a esos momentos en los que no entiendo nada y los por qué no tienen respuesta.
Cargado de tristeza, melancolía, desilución, soledad, sinsentido y dolor como ese perro al que su dueño abondona porque "ya no lo puedo tener más", se siente el escritor, que se resigna a aceptar que el dolor es parte de la vida.
"Y es preciso que me saque toda esta tensión del alma. Es preciso que me afloje y te mire a los ojos. Es preciso que me arranque toda esta seriedad que ves ya no me deja ver. Salir afuera que afuera sale el sol. No te olvidés que no sos un robot. Ya no dejés que controle más tu vida. El miedo está en la mente, el miedo está en la mente."
Ahora, como cuando la luz del amor nos ilumina con su felicidad incomparable sin que lo esperáramos, el autor busca causa y salida a su sufrimiento.
Pareciera que la misma consta tan sólo de cambiar la cara y la mirada con la que nos enfrentamos a la vida.
¡La puta madre! ¡Cuánta verdad en esas frases! "No te olvidés que no sos un robot", "Es preciso que me saque toda esta seriedad que ves ya no me deja ver".
Merece este párrafo aparte, la simple pero cargadísima de verdad e inteligencia (de la que vale) frase -mi favorita en esta canción- "El miedo está en la mente, el miedo está en la mente". Y lo dice dos veces, sin ser repetitivo a pesar de la repitición, es como decirte "¿Te queda claro, gil? El miedo es un invento de tu marote, no le des pelota y andá en busca del sol".
"Y te vas poniendo viejo y te vas endureciendo. Y el silencio te acompaña. Y tus sueños ya son parte de un póster que quedó mal colgado en la pared del cuarto que te vio soñar. Y me niego a creerme que tengo que tener miedo a la gente diferente. Y a veces pienso que tu idea de seguridad es la cosa más absurda y egoísta que escuché."
Ahora se produce una síntesis del bajón y del empuje. La descripción es perfecta, es imposible no ver a ese treintañero duro y serio, ese mismo que ayer reía y roqueaba por todos lados.
Entonces llega la propuesta, dejarse de joder con la seguridad económica y con el miedo a lo nuevo o lo poco seguro, para darle lugar a nuestros deseos, esos que apagamos si le damos bola a la mente ... esos que se encienden como cada vez que vos y yo estamos en nuestro lugar preferido.
[volver a la página del Maestro]
Para comunicarte con el Maestro Augusto, escribile a:
maestroaugusto@lakermese.net. El Maestro siempre te responde.
|
|
|
|