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Hermana Bernarda
Un asado a punto
Esta cocinera es una de mis ancianas preferidas. Labura en el canal de cable El Gourmet, donde conduce "Dulces tentaciones", su exitoso programa dedicado al arte culinario.
Rechaza la fama y el reconocimiento que su trabajo en televisión le han traído. Hace un tiempo concedió una entrevista a La Nación en la que declaró: "La fama no me interesa ni me hace bien. Yo no tengo vanidad, no me gusta que me digan cosas lindas ni que me aplaudan, que quieran un autógrafo ni nada de eso ¡Por Dios! Mi trabajo, que me gusta mucho, es una forma de evangelización. San Pablo dijo que todos han recibido un don gratuitamente, para que ese don sea aplicado a la vida también gratuitamente. A mí no me cuesta estar frente a una cámara, hago como si no existiera. Son años de dar clases, así que siento que es más de lo mismo. Mi vida no ha cambiado absolutamente nada".
Sí sí, un verdadero canto a la humildad: ¡EJEMPLAR!
Su acento denota que tiene encima toda la cultura que sus padres le inculcaron, la alemana.
Pasa sus días en una casa de retiro en Quilmes, no sale de ahí para nada. Todos los programas de la temporada los graba en dos días. Sí sí, leyeron bien, se clava todas las emisiones del año en dos días ¡HERMANA, CONVIDE DE ESO CON LO QUE SE DA!
Larga vida a Bernarda
Caminaba por la entonces fría Rivadavia a eso de las 4 de la madrugada. Esa noche estaba harto, ¿de qué? Creo que de todo, hasta de mi mismo. Por eso sólo caminaba, ni siquiera sabía a donde, sólo caminaba.
Andaba por Ciudadela cuando descubrí que tal vez hubiese sido mejor quedarme en mi casa, ¿para qué me fui a caminar, si lo que necesitaba era deshartarme? Caminar no me deshartaba, es más, me provocó mucho fastidio darme cuenta de esto a más de 400 cuadras de mi hogar.
Dejé este pensamiento porque fuí interrumpido por un muchachote que andaban caminando por ese oscuro barrio:
Muchachote: -Viejo, ¿me das todo o te lo saco por la fuerza?
Maestro: -Te doy todo.
Muchachote: -Cuando dije todo me refería a lo material, subite los pantalones por favor.
Maestro: -Entendido.
Sin un solo peso y totalmente resignado a que sea lo que el destino quiera que sea, emprendí el regreso a pie hacia mi hogar, tenía 430 cuadras por delante, eran las 5 de la madrugada.
Caminaba por Liniers cuando me cruzé con una manada de roqueros que salían de un recital de MASSACRE en Hangar (reducto roquero de Liniers). Yo hacía casi un día que no comía, no tenía un mango, estaba desesperado. Mientras tanto, los muchachos comían patys y choripanes en los puestos callejeros.
Luego de varios intentos frustrados de recibir algún trozo de comida por parte de los roqueros, me resigné y seguí mi caminata.
No tenía fuerzas, pero seguía y seguía. De repente caí en el piso, tropezé por culpa de una vereda en mal estado, no podía levantarme y me dejé quedar dormido en el piso, pensando lo bueno que sería no despertar jamás.
El sol ya había salido cuando ese toque en mi espalda me despertó, abrí mis ojos, ví de quién se trataba y sorprendido le dije:
Maestro: -¿Usted no es la hermana Bernarda, la que cocina por televisión?
Hermana Bernarda: -Sí.
Maestro: -¿Qué hace a esta hora en la calle?
Hermana Bernarda: -Yo vivo a media cuadra de acá, estaba yendo al quiosco porque me quedé sin birra, pero lo ví tirado en el piso y me pregunté si podría hacer algo para ayudarlo ¿Necesita algo?
Maestro: -Comida, hace más de un día que no como, tengo mucha hambre.
Hermana Bernarda: -Acompañeme a casa que le preparo algo.
Maestro: -Pero... ¿y la birra que se iba a comprar?
Hermana Bernarda: -Primero ayudar al prójimo, ven conmigo.
Si la paz tomara forma de casa, sin dudas sería la casa de ella.
Rápidamente escribió una serie de platos en un papel para que eligiera lo que quería comer. Elegí y en menos de media hora ya estaba comiendo un sabroso bife de chorizo con papas fritas. De postre me sirvió un cortado, acompañado de una porción de mil hojas ¡AGUANTE LA HERMANA BERNADA LOCO!
Debía partir, ya había repuesto energías, y si bien la sobremesa era muy amena, no quería abusar más del tiempo de esta noble anciana. Además, varias veces mencionó sus ganas de clavarse una birra, y yo entendí eso como una indirecta para que me tomara el buque.
Me acompañó hasta la puerta y me despidió con un beso. Yo le pregunté por qué había hecho todo eso por mí, a lo que ella me respondió: "Lo hice por amor al prójimo." Ahí le dije, "contesteme una más y me voy".
Maestro: -¿Qué significa la cocina para usted?
Hermana Bernarda: -La cocina es una forma de evangelización. Por ejemplo: si una persona convoca para hablar de Dios quizá no vaya tanta gente. Pero hace un tiempo cociné en un colegio para recaudar fondos y se llenó. Hoy, una madre que ve a su hijo llegar del colegio sin dialogar puede decirle: Sentate, preparé algo rico para vos, y ahí empieza una charla. Cocinar es un acto de amor, hay que transformarlo en algo espiritual, de lo contrario no tiene sentido.
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Para comunicarte con el Maestro Augusto, escribile a:
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