Basta ya de joder a los gatos negros

Tengo las pelotas llenas, sí sí, estoy podrido de la gente que piensa que los gatos negros traen mala suerte, y también estoy podrido de los argentinos que piden prisión y sanciones económicas para los piqueteros ¡Prisión y sanciones mi pene, y dejen de mirar canal 9, les están mintiendo!

Tanto me calienta el tema de los gatos negros, que decidí realizar un trabajo de campo para conocer la cantidad de personas que rechaza a los gatos negros "porque traen mala suerte". Me acuerdo que la encuesta la empezé en 1984, y decidí terminarla con el encuestado número 2.000.000, que respondió las preguntas en marzo de 1995.

Los resultados finales me hicieron calentar tanto que sentí una necesidad imperiosa de descargar mi furia, me acuerdo que lo que elegí como descarga fue golpearme la cabeza contra la pared, ¡qué boludo! Me agarré una terrible deformación craneana interna irreversible, las secuelas según el doctor son: "Un golpe más en la cabeza, y usted estará tan vivo como Hernán Franco en la defensa del rojo en la temporada 2003".

Luego decidí adquirir conocimientos del por qué histórico de la creencia popular de que los gatos negros traen mala suerte, me clavé 5 libros de historia, mitos, y creencias de la humanidad en su historia antes, y después de Cristo.

Como sé que ustedes, jovenes entrenadores alborotados por el deseo para con el sexo opuesto, no leerían jamás ni una pendegésima parte de lo que he leído sobre este tópico, les preparé un pequeño resumen sobre la historia de los gatos, y como -para la humanidad- pasaron de dioses a demonios.

Gatos y humanos, dioses y demonios

La relación que los humanos inventaron entre los felinos y la religión, lo oculto y lo sobrenatural, data de tiempos muy añejos.

El primer lazo se encuentra en la civilización egipcia. Las investigaciones de los historiadores indican que en Egipto, hacia el 1500 A.C., los gatos eran animales domésticos. Aunque sin pruebas, también hay historiadores que creen que lo eran desde mucho antes. Con el paso del tiempo, los gatos se fueron entrelazando a la religión egipcia. A los machos se los relacionaba con el dios del Sol, Ra, y las hembras con la diosa de la maternidad y la fertilidad, Bastet.

Para los egipcios un eclipse de sol era la batalla entre Ra y Apap, dios de la Noche. En esa lucha, Ra tomaba la forma de un gato gigante, es por esto que matar a un gato era un sacrilegio imperdonable, mucho más grave aún que matar a un ser humano.

Alrededor del 58 A.C., la civilización egipcia se derrumbó a manos de los romanos, también desaparecieron sus dioses, aunque tiempo después aparecieron bajo otra forma.

La diosa egipcia de la Luna, Pasht, es similar a Diana, la diosa romana que muchas veces se manifestaba como Hécate, un ser que dominaba la magia negra en el inframundo.

Para los romanos, Hécate podía transformarse en un gato negro para salir del mundo de los muertos, y meterse en el de los seres humanos vivos.

En Egipto se adoraban a todos los gatos, y en Roma a los gatos negros se los relacionaba directamente con la oscuridad, el mundo de los muertos, y la magia negra.

Cuando el Imperio Romano cae, pasa al primer plano mundial la civilización europea, que tras un largo proceso de miedo, y rechazo, terminó identificando a los gatos con el Diablo.

En la Edad Media se creía que los demonios utilizaban el cuerpo de los gatos para transitar entre los humanos. También se consideraba a los felinos inherentes a las brujas, puesto que ellas necesitaban a un espíritu esclavo que tomara la forma de un gato, para llevar adelante sus brujerías.

La civilización europea creía que los demonios y las brujas podían tomar distintas formas, una de ellas era las de un gato negro. Los que se encontraban con un gato temían estar ante un demonio capaz de hacerlos desaparcer, o ante una hechicera maldita.

La persecución hacia los gatos se expandió al ritmo de la expansión colonizadora europea. En las Pascuas occidentales se practicaban rituales en los que se sacrificaban gatos. Durante siglos, en París se llevó a cabo un festival en el que se encendían hogueras que se alimentaban de jaulas llenas de gatos.

Durante el siglo XVII nació la creencia de que para curar enfermedades provocadas por brujerías hacia un niño, se tenía que quemar el corazón de un gato negro, y dárselo al niño durante siete días.

En el siglo XVIII los europeos dividieron sus creencias para con los gatos. Si bien había quienes los seguían considerando aliados de Satán, por otro lado, los comerciantes y los granjeros comenzaron a aceptarlos porque apreciaban muchísimo sus habilidades para cazar ratas.

Algunos equipos de fútbol europeos adoptaron a los gatos negros como mascotas. Llegaron a ser tan codiciados que se convirtieron en un constante objeto de robo. Esto les permitió a los gatos recuperar en los hogares parte de la condición de la que gozaron en el antiguo Egipto.

Yo le hago el aguante a los gatos negros

Después de conocer la historia de los gatos, no me resulta extraño que hoy en día se considere que los negros traen mala suerte, y si bien juzgo a esto como una injustica, e imbecilidad, creo que si tenemos en cuenta lo que han sufrido por culpa de los humanos, tal vez sea mejor para los gatos negros que las personas los eviten, a ver si los vuelven a aceptar, y les pasa de vuelta lo mismo.

gato negro II

Que soñar con gatos significa que te van a traicionar, que si se te cruza un gato negro tendrás mala suerte, que si un gato mira a la ventana va a llover, que los gatos tienen siete vidas, a ver si nos dejamos de hinchar un poco los testículos con los gatos por favor.

"Que se te cruce un gato negro es mala suerte" ¡La prostituta madre! Un felino negro que va por la vida, y vos vas por el mismo lugar, y se cruzan (¿Por qué siempre se dice "se te cruza"?) ¿Dónde diablos está la mala suerte? Es un gato que tiene ese color, podría ser rojo, amarillo, blanco, etc. que anda por un lugar, y casualmente vos también vas por ese lugar, pero no por cruzarse, él te dará mala suerte.

¿Es justo despreciar, rechazar, y evitar a los gatos negros porque sean negros? No.

¿Es sorprendente que así lo haga la mayoría de las personas? No.

Los humanos hasta en este tema, para nada pequeño como la discriminación y el rechazo, demostramos que la razón, de la que hacemos alarde sobre el reino animal, nada puede hacer ¡Qué suerte que tienen los gatos negros! ¡Los humanos los evitan!

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