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Mauro Viale
Periodista que ofrece a su público pura basura.
Odio a este tipo, es algo personal, contra él, y contra todos los que están en los medios y se dedican a hacer mierda a los televidentes.
Gente como él, hace que gran parte de los argentinos se estanque en pelotudeces.
Aunque también hay que darle lugar a ese dicho que dice "La culpa no la tiene el chancho, sino el que le da de comer".
Charlando con Valdano (la cuenta de teléfono me rompió el ano)
Recuerdo que en una de mis tantas charlas teléfonicas con Valdano, hablando de este tipo, él me dijo: "Frecuentemente reflexiono sobre el fenómeno vialístico que azota a la televisión argentina. Si bien me resulta muy costoso arribar a una conclusión final, creo que Viale está en la televisión, porque en la Argentina el nivel cultural general es paupérrimo. Por otra parte, me arriesgaré a decir que todos los gobiernos argentinos -seguidores del modelo ecónomico mundial capitalista- le deben muchísimo a Viale por mantener al pueblo ignorante y conformista, estupidizado y fuera de la realidad, sus oportunidades y sus problemas: Viale es funcional a las necesidades del poder. En síntesis: A este conchudo hay que recagarlo a trompadas, cortarle la lengua y tirarsela a las pirañas del Amazonas".
Si bien con la síntesis se le salió la cadena (gracias Charly), y tiró por la borda toda su filosofía de linaje real, no pude evitar coincidir con mi amigo Valdano. Charlamos un poco más, y luego le corté porque "me están pidiendo el teléfono, parece que es una urgencia". Mentira, nadie me pedía el teléfono, además, en mi mansión hay tres líneas distintas. Le corté porque ya llevábamos dos horas de charla, y siempre llamo yo, el muy turro me manda e-mails diciéndome: "Llamame hoy a la noche, que no nunca me puedo comunicar". Sí, seguro que no se puede comunicar el desgraciado, con toda la guita que levantó en el Madrid, nunca gasta en una puta llamada a Argentina ¡Qué tacaño, por Dios!
¡Basta, por favor, basta!
El verdadero nombre de "Mauro Viale" es Mauricio Goldfarb, me enteré de esto gracias al simpático (y sospechoso) gordo Samid, que una vuelta no aguantó más, e hizo justicia, es decir, lo cagó a trompadas. Más adelante entraré en detalles al respecto de esa heroica aventura del turco Samid.
Supongo que la premisa que marca la carrera de Viale es: "Me chupa un huevo lo que deba hacer, todo lo que quiero es rating". Es más, hay rumores que indican que se tatuó esa frase, en chino, en la teta izquierda (tiene mucha onda Mauro).
Dentro de las amistades de este personaje lamentable encontramos a Daniel Hadad, Carlos Menem, y Carlos Avila ("Dime con quién andás, y te diré quién eres").
En el pasado, Viale, se dedicaba a intentar ser relator de partidos de fútbol, ahora que lo pienso, no sé qué es peor.
Si bien ver una transmisión de un partido a cargo de Viale era más aburrido que lamer un clavo (originalísima comparación), calculo que es menos nocivo para la salud del televidente su función de relator de fútbol, que la de conductor de programas (basura obviamente).
El caso Coppola le dio un lugar importante (en cuanto a audiencia y repercusión ) a Viale en la televisión, el rating de su programa "Mediodía con Mauro" ardía. En ese programa de "realidad actual" , se desarrollaban situaciones super increíbles para alguien al que le hayan explicado que la televisión era un medio de comunicación, con el cual los humanos de divierten, aprenden e informan.
Ningún diccionario dice que en la televisión también uno puede "comer" mierda, o habría que corregir los diccionarios, o mejor aún, eliminar las porquerías de la televisión, empezar por Viale sería lo ideal.
El caso Guillote trajo aparejado varias bestias; Sammantha Farjat (con canción y todo), Natalia De Negri, Jacobo Winograd, "La (falsa) momia", un abogado pelado impresentable, y demás personajes siniestros que gracias al destino fueron desapareciendo de la televisión, ¿le llegará el día a Mauro?
Hay incontables historias verdaderas (el caso Echarri por mencionar un ejemplo) que dejan al descubierto su condición de mala persona, guiada por la ambición del rating, que lo hace no prestar atención en los medios que utiliza o atraviesa, en pos de lograr más y más público, más y más auspiciantes, más y más de eso que tanto lo desvela: nada.
El turco que hizo justicia
El 10 de febrero del 2001 yo realizaba una de mis típicas caminatas reflexivas, cuando entrado el mediodía, decidí tomarme un descanso. Me dispuse a comer unos patys en una esquina de Constitución. Si bien estaban bastante ricos, el empleado del lugar estaba mirando un programa que Mauro Viale tenía en ese horario, lo cual me molestaba muchísimo, pero bueno, no quedaba otra, no le iba a pedir que cambiara de canal, creí que no correspondía.
¡Menos mal que el pibe estaba mirando el programa de Viale! Caso contrario me hubiese perdido una de las máximas alegrías que la televisión argentina me ha dado.
Ese día uno de los invitados de Viale era el "Turco" Samid. Con el transcurrir de la charla, las cosas se fueron poniendo tensas entre el conductor y su invitado. Las frases que intercambiaban pasaron de irónicas a agresivas, Viale acusó a Samid de evadir una fortuna de impuestos, a lo que Samid contraatacó con un "Al menos yo cuando me levanto sé cómo me llamo, ¿por qué no dice usted cuál es su verdadero nombre?".
La discusión se puso al rojo vivo, y se terminó de ir al carajo cuando Viale (en una mezcla de afirmación y pregunta) le dijo a Samid que había avalado la bomba a la A.M.I.A.
El "Turco" se recontra calentó, y le respondió (totalmente sacado): "¿Cómo vas a decir eso, judío de mierda?". Sí, a Samid el 4 se le fue a jugar arriba y no volvió nunca más. Como nos tiene acostumbrados, a Viale le sucedió lo mismo.
El potente gordo salió del panel, y se acercó hacia la humanidad de Viale, intercambiaron unas palabras cara a cara, y después de un agresivo juego de manos, Samid le tiró un violento derechazo que tiró al piso a Viale, que enseguida se levantó, y respondió con una patada voladora.
La batalla comenzó, y no tardaron en sumarse más peleadores: amigos, asistentes y demás asesores de uno u otro bando, se trenzaron en la lucha.
Yo estaba re-enganchado con la pelea en cuestión, como todos los empleados y comensales en el local, tan metido estaba que me descuidé, y me chorearon mi lata de birra. Le pedí otra al pibe que me atendía, pero ni bola me daba, estaba más enganchado que yo, me acuerdo que en el medio de la pelea cantábamos todos juntos: "Olé olé olé olé, Turcooo, Turcooo".
Lito Pintos, que era miembro del panel de periodistas del programa, se quedó toda la pelea amagando con sacarse el saco y meterse, pero nunca lo hizo: ¡COBARDE!
Un viejo (andá a saber quién carajo era) que estaba del bando de Samid, se metió en la riña y le puso una patada trapera a Viale que consiguió tirarlo al piso. Una vez en el piso el conductor, el mismo viejo le puso una patada en el estómago: ¡HÉROE!
Después de dejar ver casi toda la pelea a la audiencia, el programa se fue a un corte. En el próximo programa del canal, el de Jorge Rial, de invitado principal estuvo Viale, quien (entre otras cosas) declaró: "En las artes marciales hay una máxima que dice: cuando se pasa del metro de distancia terminó toda regla de solidaridad, y Samid la pasó". ¡Dejate de joder Viale, por favor! ¡Qué tipo pelotudo, Dios mío!
Y pensar que hay tantos buenos profesionales sin laburo
Actualmente Viale tiene un programa de entretenimientos, ni en pedo digo el nombre, horario o canal, a ver si todavía alguien que lee esto entra a verlo, Dios no lo permita.
Esta nueva vialada trata temas de actualidad con el estilo propio del pelotudo conductor, y mete también juegos para toda la familia. Estos juegos van desde la generala hasta la búsqueda del tesoro, pasando por el ahorcado y los dados. Sí, un terrible ladri este Viale.
Para colmo, el programa está plagado de anuncios y chivos molestísimos. Lamento lo pobre de mi crítica, pero no resistí ver todo el programa: con ver un solo bloque, me alcanzó para arrepentirme de haberme comprometido conmigo mismo a ver el programa, para escribir esta parte del artículo.
Al día siguiente, por mi matutino diario, me enteré que el programa midió 5,8 puntos de rating, lo que lo convirtió en el programa más visto del canal en ese día. En función de esto, supongo que a Viale (lamentablemente) le queda mucho tiempo de pantalla.
Basura, miro tus ojos y veo basura
Realizar este escrito dedicado a Viale me costó muchísimo, ya que tuve que pensar, reflexionar y escribir sobre este sujeto, tanto tiempo como nunca lo había hecho en toda mi vida. Esta experiencia no la disfruté para nada, ha sido demasiado tortuosa.
De todas maneras, y reflexionando un poco más, me ilusiona bastante imaginar que tal vez, a partir de este artículo, al menos uno de mis entrenadores amigos que tenía un buen concepto de Viale, lo haya cambiado por el que este tipo realmente merece.
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