Estaba una típica modelo (rubia y algo despistada como todas) en su departamento en su día de descanso. Como no sabía que hacer, decidió ponerse a armar un rompecabezas.

Agarró la caja, la desparramó arriba de la mesa y puso manos a la obra. A los 2 minutos de haber comenzado, llama a su novio por el celular, en medio de una crisis nerviosa:

—Hola Bicho, me tenés que ayudar reurgente; quise ponerme a armar un rompecabezas de un tigre como estaba en la caja, y todavía no pude ni poner la primer pieza... estoy renerviosa y a punto de redeprimirme.

El Bicho (novio), como le gustaba armar rompecabezas, accedió de buena gana al pedido y se fue hasta la casa de la modelo. Cuando llegó, y luego de analizar brevemente la situación, le dijo:

—Cuchichita... creo que tenés razón, es imposible armar un tigre con todo esto que está aquí. Te sugiero ahora que tengas un poquito de paciencia y que juntes de nuevo todas las zucaritas Kellogs en la caja antes de que se te caigan al piso !!