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Esta página está dedicada a los mejores e-mails
recibidos por LA KERMESE. |
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Este mes de ENERO DE 2002 el
e-mail agraciado con su publicación en este sitio lo
recibimos desde Miami, Florida, EEUU, formando parte de una
cadena, y nos lo envió Adriana Lares, con quien LA
KERMESE supo compartir hace un tiempo la grata y poco
remunerada tarea de vender uniformes escolares.
El contenido del e-mail es la reproducción de una carta
publicada en el correo de lectores del diario La Nación de
Buenos Aires, al que María Elena Walsh (ver foto
más abajo), su autora, le solicita que haga de
"comedido mensajero" para que llegue al conocimiento
del presidente del Banco Société
Générale.
Pensándolo bien, en realidad los
agraciados somos nosotros por poder disfrutar de este singular
texto de la creadora de "Manuelita la tortuga" (la que
se fue a París, sede del Société
Générale, un poquito caminando y otro poquitito a
pie), "El reino del revés" (donde un elefante
cabe en una nuez), "La vaca estudiosa", y de numerosos
libros para chicos (y para grandes).
Les pasamos un dato: nuestro Cartonero Cultural ya tiene
on-line un artículo de María Elena Walsh, una
joyita no apta para tilingos, que apareció en el diario
Clarín allá por abril de 1979, y que lleva por
título
"¿Corrupción de menores?"
Aquí tienen el e-mail. De paso, aprendan a escribir,
muchachos.
Señor
Director:
"Solicito de usted sea comedido mensajero de una carta
pública que dirijo a NN, ya que desconozco el nombre y los
antecedentes del presidente del Banco Société
Générale.
"El destinatario puede conocer en cambio el nombre, los
datos y la solvencia de quien escribe esta carta, si no "se
le cayó el sistema", algo que habitualmente sucede en
las sucursales del banco que preside.
"Soy cliente de esa institución desde hace varias
décadas, cuando se llamaba Banco Supervielle. Hasta hace
poco Société Générale difundía
abundante promoción en lengua francesa. Desde diciembre,
la propaganda ha sido traducida al español, sin duda en un
arranque de amor por esta generosa tierra.
"Soy uno de los tantos ahorristas cautivos del perverso
chiquero llamado corralito, y uno de los tantos embaucados por la
noción de que los bancos extranjeros eran seguros,
confiables y ajenos a la rapiña nativa.
"Aunque las señales financieras eran aterradoras, no
quise sacar mis ahorros del país, porque en él los
gané honradamente, en él nací, vivo y
viviré agradeciendo siempre el honor de habitar su
suelo.
"Creo que
tuve razón, y creo que esos como tantos otros ahorros
consisten hoy en la única reserva financiera que
procurará a sucesivos gobernantes y empresas la
posibilidad de seguir robándonos impunemente.
"En esa impunidad juega un papel importante un banco
extranjero que dispuso a capricho de los fondos que le
habíamos cedido de mutuo acuerdo y con mutuo provecho.
"No dudo de que Société
Générale disfruta de tal provecho, pero
también de un desprestigio ante sus clientes y la
ciudadanía del que no creo pueda recuperarse
jamás.
"Integro una multitud de ingenuos que supuso que, en caso
de estafa o robo, la central en el país de origen se
responsabilizaría de los dineros que le confiamos a una
sucursal abierta en el extranjero.
"Eso no sucede, y tampoco una explicación ni un
pedido de disculpas, algo sorprendente de parte de un país
del Primer Mundo que tanto ha declamado su culto de la
"politesse", que viene a ser lo contrario de nuestra
grosería dirigente.
"No espero respuestas, pero si la tuviera, le ruego me
notifique además si en el blanco rostro de Marianne,
representación de la República Francesa, no se ha
observado últimamente una pizca de rubor. O es, como el
del busto de la República en el Salón Blanco de
nuestra Casa de Gobierno, sencillamente una cara de
yeso."
María Elena
Walsh
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