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    LAS ESTAMPITAS DE OSVALDO
  ¡El cura is back!
Osvaldo Ganchegui, sacerdote católico, falleció en 1982, en plena guerra de Malvinas. Y ya empezado el tercer milenio, desde sus manuscritos y nuestros recuerdos se obstina en señalar lo que está más allá del tiempo, porque pertenece a todos los tiempos.
Y lo dice de frente y con las palabras justas, como era su estilo. La que sigue es la primera de sus "Bienaventuranzas", que escribió glosando las "Bienaventuranzas" del Troesma de Nazareth.
Es un cross de derecha que les pega en la punta de la pera a nuestras miserables excusas para no ocuparnos del prójimo, nuestro hermano.
Y les gana por knock-out fulminante. Ni hace falta contar hasta diez.

Bienaventurados los misericordiosos

      Misericordia no es la estúpida blandura del alma incapaz de ser inmisericorde. Es la ternura consciente del corazón capaz de ser duro.

      Misericordia no es el tapiz opaco y burdo que oculta la mugre de la sórdida pieza del Prójimo. Es el Velo pudoroso que echamos sobre las desnudas vergüenzas del Hermano.

      Misericordia no es cerrar los ojos y vociferar la pureza de la Inmundicia que no vemos. Es mirar profundamente la carroña hasta dar con la Pureza emplastada de Miseria.

      Misericordia no es la defensa forzada. Es la acusación desconocida y la disculpa premeditada.

      Filantropía es el estiércol arrojado por la mano enguantada del Rico a la cara del Pobre que es Dios.

      Misericordia para el Desnudo no es la ropa rematada en un "party". Es la Túnica dividida en dos.

      Misericordia para el Hambriento no es óbolo de bazar, ni cotización lujuriosa de un beso. Es el "Reservado de la Proposición", dado sin reservas.

      Misericordia para Huérfanos y Viudas no es Orfelinato de cabezas rapadas en sandalias marrones. Es Mi Nombre junto a su Anónimo.

      Misericorde es aquel que ve su "doble" en el que "cayó en manos de ladrones" reconociendo su misma carne, las mismas heridas, y un posible e idéntico destino.

      Misericorde es aquel que no echa tierra sobre el rescoldo que humea, ni apaga la chispa del corazón del Hermano.

      Misericorde es aquel que da mesón al malherido y refugio al Forastero, negándose a los gritos sodomitas de sus pasiones que exigen gozar del Peregrino.

      Misericorde es aquel que reza la Oración del Sol y la Lluvia sobre justos y pecadores.

      La misericordia es el Metro de la Miseria.

      Es el Yunque de Dios, y cuanto golpea en él tiene eco en el Cielo.

® Padre Osvaldo Ganchegui (1946)



El padre Osvaldo Ganchegui nació en 1918 y murió en 1982. Llegó a ejercer el cargo de Capellán Mayor de Institutos Penales de la Nación, y ejerció su labor apostólica con el contacto diario con hombres y mujeres de toda edad detenidos en todo el país por motivos de toda índole.
Y al hablar de contacto diario, hablamos incluso de arremangarse la sotana y prenderse en picados de fútbol en los patios de los centros de reclusión.
También colaboró en el guión de la película "Los evadidos", que relata una sangrienta fuga de presos del penal de Villa Devoto que lo tuvo como involuntario protagonista.
Acostumbraba a andar por la calle vestido como cualquier persona, en épocas en que los curas sólo lo hacían con sotana, y en su ámbito familiar jamás hizo pesar su condición de sacerdote ni hizo catequesis, escuchando todas las opiniones con respetuoso silencio.
Una grave enfermedad lo obligó en los últimos tiempos de su vida a permanecer en su casa en estado de semiparálisis, confinado a una silla de ruedas que, según él, tenía "medio HP".
A pesar del tiempo transcurrido, su recuerdo permanece vivo en todos los que lo conocieron, y LA KERMESE es el afortunado depositario de sus manuscritos, que daremos paulatinamente a conocer bajo la forma de "estampitas", como las que Osvaldo llevaba siempre en un bolsillo de su sotana.