Bienaventurados los
misericordiosos
Misericordia no es la
estúpida blandura del alma incapaz de ser inmisericorde.
Es la ternura consciente del corazón capaz de ser
duro.
Misericordia no es el tapiz
opaco y burdo que oculta la mugre de la sórdida pieza del
Prójimo. Es el Velo pudoroso que echamos sobre las
desnudas vergüenzas del Hermano.
Misericordia no es cerrar los
ojos y vociferar la pureza de la Inmundicia que no vemos. Es
mirar profundamente la carroña hasta dar con la Pureza
emplastada de Miseria.
Misericordia no es la defensa
forzada. Es la acusación desconocida y la disculpa
premeditada.
Filantropía es el
estiércol arrojado por la mano enguantada del Rico a la
cara del Pobre que es Dios.
Misericordia para el Desnudo
no es la ropa rematada en un "party". Es la
Túnica dividida en dos.
Misericordia para el
Hambriento no es óbolo de bazar, ni cotización
lujuriosa de un beso. Es el "Reservado de la
Proposición", dado sin reservas.
Misericordia para
Huérfanos y Viudas no es Orfelinato de cabezas rapadas en
sandalias marrones. Es Mi Nombre junto a su
Anónimo.
Misericorde
es aquel que ve su "doble" en el que "cayó
en manos de ladrones" reconociendo su misma carne, las
mismas heridas, y un posible e idéntico
destino.
Misericorde
es aquel que no echa tierra sobre el rescoldo que humea, ni apaga
la chispa del corazón del Hermano.
Misericorde
es aquel que da mesón al malherido y refugio al Forastero,
negándose a los gritos sodomitas de sus pasiones que
exigen gozar del Peregrino.
Misericorde
es aquel que reza la Oración del Sol y la Lluvia sobre
justos y pecadores.
La
misericordia es el Metro de la Miseria.
Es el
Yunque de Dios, y cuanto golpea en él tiene eco en el
Cielo.
® Padre Osvaldo
Ganchegui (1946)
El padre Osvaldo
Ganchegui nació en 1918 y murió en 1982.
Llegó a ejercer el cargo de Capellán Mayor de
Institutos Penales de la Nación, y ejerció su labor
apostólica con el contacto diario con hombres y mujeres de
toda edad detenidos en todo el país por motivos de toda
índole.
Y al hablar de contacto diario, hablamos incluso de arremangarse
la sotana y prenderse en picados de fútbol en los patios
de los centros de reclusión.
También colaboró en el guión de la
película "Los evadidos", que relata una
sangrienta fuga de presos del penal de Villa Devoto que lo tuvo
como involuntario protagonista.
Acostumbraba a andar por la calle vestido como cualquier
persona, en épocas en que los curas sólo lo
hacían con sotana, y en su ámbito familiar
jamás hizo pesar su condición de sacerdote ni hizo
catequesis, escuchando todas las opiniones con respetuoso
silencio.
Una grave enfermedad lo obligó en los últimos
tiempos de su vida a permanecer en su casa en estado de
semiparálisis, confinado a una silla de ruedas que,
según él, tenía "medio HP".
A pesar del tiempo transcurrido, su recuerdo permanece vivo en
todos los que lo conocieron, y LA KERMESE es el afortunado
depositario de sus manuscritos, que daremos paulatinamente a
conocer bajo la forma de "estampitas", como las que
Osvaldo llevaba siempre en un bolsillo de su sotana.
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