Gente de mundo (18/02/04)
Azucena Del Solar (foto de juventud)
Señor Director de La Síntesis:
Agradezco el apoyo de Denis, que confirma mi presunción de no estar sola en mi anhelo de ver desfilar en el Corso de Saladillo a una carroza de LA SÍNTESIS. Si es posible, me gustaría que publicaran una foto de Denis, pues siempre es interesante conocer el rostro de quienes nos apoyan con entusiasmo.
En el diario de ayer, el mozalbete Rubén Basabe, que continúa reacio a subirse a esa carroza, informó que en el diario Clarín del domingo se publicó una nota referida a su familia con el título "Gente de Mundo". No la he leído, ya que yo me informo solamente a través de LA SÍNTESIS, donde encuentro todo lo que necesito saber. Sin embargo, tanta es mi curiosidad, ya le pedí a mi cuñado que me consiga ese Clarín, muero por leerlo.
Acabo de encontrar otro punto en común con Rubén: ser gente de mundo. A pesar de que el presente me encuentra residiendo en Tapalqué, en mis tiempos mozos recorrí toda España y gran parte de Europa, siempre en pos de grandes fiestas y recepciones. Donde hubiera música y baile, allí iba yo.
Y así como otros conservan sus recuerdos en álbumes de fotos, los míos están en el baño. Tengo toallones de la mayoría de los hoteles que me tuvieron como huésped, colgados hasta del botiquín y el barral de la ducha, tanta es la variedad y cantidad que poseo. En ellos puede leerse "Tú y yo", "El Alcázar del placer", "Nuits d'amour", "Le Poupée", "Il Pipistrello innamorato", "Bambola mia", "London's hard love" y "Sweet sweet baby", entre muchos otros que no menciono aquí porque sería imposible.
Mi mala fortuna en el casino de Montecarlo y un montón de mozalbetes de uniforme empeñados en perseguirme, vaya una a saber por qué, me decidieron a cruzar el mar y venir a la Argentina. Fue un momento muy doloroso para mí; al zarpar el barco, una parte de mi corazón se quedó en el muelle.
"¡Icen las velas!", gritó el contramaestre, y el puerto se fue desdibujando ante mi vista, no sé si por mis lágrimas de desconsuelo o porque la nave comenzó a alejarse.
Pero en este país recobré la alegría, volví a ser la misma y aquí me tienen.
El fin de semana pasado no pude viajar al Carnaval de Saladillo, como era mi deseo, porque mi cuñado compró cuatro kilos de duraznos de Mendoza y estaban riquísimos. Una diarrea feroz me tuvo confinada, no ya a Tapalqué, sino a las cuatro paredes del excusado, donde mitigué los dolorosos vaivenes de mi vientre con la contemplación de mis toallones.
Confío en que mi dieta de arroz, que me ha permitido volver a estar de pie, siga su proceso de sanación para estar con ustedes el próximo fin de semana, con mis aerosoles de nieve y un vestido de Colombina que estrenaré en la ocasión.
¡Feliz Carnaval, mozalbetes!
Azucena Del Solar
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