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    Azucena Del Solar
Estoy destruida, carta a La Síntesis


Azucena Del Solar


Estoy destruida (11/02/04)


Azucena Del Solar
Azucena Del Solar (foto de juventud)

Señor Director de La Síntesis:

Estoy destruida.

El desencanto, la abulia y una negra melancolía se han apoderado de mi vida. Esperé durante quince días la Segunda Noche del Carnaval de Saladillo, viajé desde Tapalqué tan sólo para ver a la carroza de LA SÍNTESIS con usted, Wenceslao, Rubén y Charly disfrazados de mosqueteros, y me fallaron.

¿Sale tan caro armar una carroza? ¡Vamos, mozalbetes, no pongan excusas baladíes! Pueden pedir prestado un carrito y adornarlo con un poco de ingenio y otro poco de ganas: no me embromen con fruslerías, se los ruego.

Esperando el momento de estar junto a ustedes, le di como loca al pedal de la Singer, triqui triqui triqui, para vestirme con un disfraz especial. No se los tendría que decir, por fallutos, pero igual se los digo: me disfracé de Dama de las Camelias. Hasta estuve practicando toda la semana para toser como una tuberculosa, y así darle un toque de mayor realismo a mi composición.

Como consideré que era una ocasión especial, elegí entre mi colección de antifaces el que me puse la última vez que estuve en Venecia, uno de paño lenci de color lila con lentejuelas doradas. Es uno de mis mejores recuerdos. Un mozalbete que gustaba de mí me llevó al palacio del Duque de Pertuzzo, donde se hacía una gran fiesta de Carnaval, en una noche de luna llena, navegando por los canales en una de esas románticas piraguas tan típicas de esa maravillosa ciudad. ¡Oh, qué tiempos aquéllos!

Pero la carroza de LA SÍNTESIS no apareció. Yo estaba mezclada entre la gente, con mis aerosoles dentro de una bolsa de terciopelo que colgaba de mi cintura, y no los pude usar con ustedes.

Inútil es decirles cómo esperaba la aparición de cada comparsa, cada vez que divisaba algo nuevo el corazón me latía más aprisa.

También inútil es decirles que unos cuantos muchachones la tomaron conmigo, y me vaciaron sus aerosoles de nieve en el escote, con sus risotadas de rústicos ignorantes.

Quedé triste y cabizbaja, una vieja mascarita patética y desencantada con los pechos entumecidos.

Debajo de mi antifaz, las lágrimas cavaron un surco en mi maquillaje hasta la punta de la pera.

La congoja me resultó incontenible, y con un silencio total de mi boca sellada por el dolor me subí al coche de mi cuñado para regresar a mi Tapalqué. Le pregunté qué podía hacer con los aerosoles que no había podido usar, y me contestó que podía metérmelos en un lugar que, si bien es mío y y de uso diario, no me pareció una respuesta adecuada para con una dama como yo, y menos viniendo de ese animal que arruinó la vida de mi difunta hermana. No sé si voy a volver a Saladillo.

Lo reitero: estoy destruida. Y encima cuando llegué a casa me tiré llorando sobre mi cama así como estaba, y se me abolló todo el miriñaque de mi vestido de Dama de las Camelias.

Me intriga si el aviso de LA SÍNTESIS de ayer martes, anunciando la Segunda Noche de Carnaval para el próximo fin de semana (siendo que esto ya ocurrió el pasado fin de semana, tan negro para mí), es un error o una burla hacia mi persona. No sé qué pensar.

Le agradeceré, Señor Director, que por correo privado me pueda dar la dirección de e-mail del mozalbete Rubén Basabe, porque le quiero comunicar algunas cosas de índole personal.

Sin más le saluda

Azucena Del Solar